6 de noviembre de 2009

Japonesa capturada en guerra regresa a su pais a son de insultos y hostigamientos


Título: Bashing (2005)
País: Japón
Idioma: japonés (subtítulos en inglés)
Género: drama
Ocasión: Cuando estás list@ para perder la fe en la humanidad
Dónde se consigue: Si alguien sabe, comente


Resumen


Yuko va a Irak, en medio de la guerra, a servir de voluntaria y es capturada por las fuerzas iraquíes. Al ser rescatada, Yuko regresa a un Japón que la odia y la margina por haber “avergonzado” al país.


Comentarios


Bashing es la historia del mundo de los bizarros. Los bizarros son aquellos personajes que salían en los cómics de Superman y vivían en un mundo completamente opuesto al de nosotros. Todo lo que nosotros encontramos bueno, ellos encontraban malo y vice versa. Pues esta es la misma sensación que Bashing nos regala durante los 82 minutos que dura. Lo triste del caso, sin embargo, es que está inspirada en hechos reales.


Hay que dejar claro que “inspirada” en hechos reales no es lo mismo que decir que la historia ocurrió tal cual. La historia de Yuko específicamente es ficticia. De hecho, el personaje mismo es ficticio. No obstante, está inspirada en hechos reales que ocurrieron en Japón. Según se cuenta en el librito que viene con la película, Behind Bashing, en el 2004, 3 voluntari@s japoneses/as fueron rescatados por el gobierno japonés luego de haber sido secuestrados por las fuerzas iraquíes. Cuando estas tres personas regresaron a su país se encontraron con que sus familias habían sido victimas de atropellos, hostigamiento e insultos; la población japonesa (ayudada por los gobernantes y los medios de comunicación) les acusaba de haber puesto al gobierno y al país en situaciones inconvenientes e incómodas. Les acusaban de “egoístas” por no pensar en su país e irse a un lugar tan peligroso. Pero si malo fue el recibimiento, peor fue cuando dos de l@s tres rehenes comentaron que volverían a Irak tan pronto fuera posible a continuar su trabajo. Hasta el Primer Ministro de Japón les dijo que desistieran y dejó entrever que si los capturaban una segunda vez, el gobierno no actuaría.


El filme es terriblemente lento. Este parece ser el estilo de Masahiro Kobayashi, director y escritor del filme, que ha dirigido otras películas en las que apenas hay diálogo. Aunque Bashing tiene diálogo, la mayoría del tiempo la historia la carga el lenguaje corporal de Fusako Urabe, la actriz que encarna a Yuko. En Yuko (y en sus familiares) vemos el dolor, la rabia y la incomprensión de su situación. La lentitud del filme provee un espacio para reflexionar y pensar en lo que le está ocurriendo a esta mujer que no solamente no hizo nada malo, sino que, por el contrario, debería ser tratada como una heroína no como una paria.


Tengo que decir que esta historia me impactó muy personalmente. Aunque nunca he sido victima de los atropellos a los que sometieron a Yuko en el filme, la realidad es que entiendo perfectamente bien lo que es sentirse que uno vive en un mundo bizarro. Es impresionante pensar que una persona que va de voluntaria a ayudar a un pueblo en guerra se le pueda acusar de “egoísta”. Es terrible entender que mientras a estas personas (que intentan arreglar los desastres de guerra) se les ataca, se les cuestionan sus motivos y se les vilifica, a l@s arquitectos de la destrucción, del dolor y de la guerra se les recibe como héroes dejándoles los mejores asientos en los aviones, haciendo paradas en su honor y teniendo otra serie de deferencias.


Por otra parte, la premisa básica de Bashing me parece muy relevante en estos momentos de la historia puertorriqueña. En el fondo, esto es una historia de la falta de empatía y solidaridad de la gente. A Yuko se le cuestiona “Que tienes que ver tú con los iraquíes? Por qué te metes donde no te llaman?” Así mismo se oyen los gritos y las condenas de aquellos/as que no protestan los despidos en masa del gobierno neoliberal de nuestra isla. Mientras los/as estudiantes y otras personas que no fueron afectadas directamente por los despidos muestran su solidaridad uniéndose a las protestas, otros/as que no conocen el significado de la palabra, los demonizan; les llaman despectivamente “comunistas” (como si a alguien fuera de los conservadores realmente le molestara eso), les tildan de “entrometíos”, les preguntan que “quién les dio vela en ese entierro?” Y a la hora de la verdad nos vemos con una sociedad que critica y torna en pecado mortal la solidaridad. Según esta gente, el problema es que uno no se queda ensimismado/a. Lo ideal sería, según ell@s, que viéramos las injusticias y las dejáramos pasar porque, al fin y al cabo, “no nos toca”.


"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí, pero para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"


Martin Niemöller
Pastor protestante encarcelado por los nazis desde 1937 a 1945


Vea Bashing y vea un caso extremo de lo que es victimizar de nuevo a la víctima. Vea Bashing y trate de entender este mundo bizarro en el que vivimos.


Nota: No conseguí cortos, así que aquí les dejo con una escena.

Bashing