15 de agosto de 2008

Joven estadounidense viaja a Ucrania a buscar pistas de sus antepasados

Título: Everything is Illuminated (2005)
País: Estados Unidos
Idiomas: inglés, ucraniano, ruso (español y closed captioning)
Género: comedia / drama
Ocasión: Cuando quieres ver una película “bonita”
Dónde se consigue*: Blockbuster, Netflix

Resumen

Un joven coleccionista visita la tierra de sus abuelos en busca de pistas sobre sus antepasados.

Reseña

En Estados Unidos, de vez en cuando, se producen algunas películas que tienen un sabor extranjero, una sensibilidad distinta y una profundidad que las diferencia de sus contrapartes hollywoodenses. Everything is illuminated es este tipo de película.

Basada en la novela del mismo nombre escrita por Jonathan Safran Foer, Everything is Illuminated es la historia de un joven en busca de su pasado. No obstante, más allá del tema trillado, el filme maneja, magistralmente, varios otros temas que se intersecan. Por una parte vemos la obsesión de una persona con “congelar” el pasado. Jonathan (interpretado a la perfección por Elijah Wood) es un muchacho que no confronta sus emociones; vive su vida en la comodidad aséptica de sus bolsas plásticas. Sin embargo, vemos que esto es un mecanismo de defensa. El personaje tiene ganas de vivir sus emociones pero algo se lo impide y por eso usa como mediadoras a las bolsitas en las que colecciona sus artefactos. Estas son su memoria; aquellas que le permiten acceder a las emociones embotelladas de cada momento.

Por otra parte, la película maneja de forma muy cómica el choque cultural. Desde las expectativas que tiene un joven del campo de Ucrania acerca de lo que es un “estadounidense” hasta las diferencias en procedimientos, comidas y modos de ver la vida entre Europa Oriental y Estados Unidos. Por supuesto, siempre que vemos un largometraje estadounidense tenemos que estar pendientes a las “visiones de mundo” que éstas nos presentan. Bien sabido es que la historia y las culturas extranjeras no son el fuerte de muchos estadounidenses y, por ende, las representaciones que se hacen de éstas no siempre son las más fieles o halagadoras. Un artículo del Prague Post aclara las omisiones y/o distorsiones que hace el filme en cuanto a la historia de Ucrania.

Esto, sin embargo, no implica que como obra de ficción no sirva. Es un filme con mucha atención al detalle, a las emociones de los personajes y a las relaciones entre familiares (vivos o muertos). Al igual que en otras películas de carretera que he reseñado (Riding Alone for Thousands of Miles, Central Station, El último tren), Everything is Illuminated nos presenta como el viaje cambia a los personajes y cómo éste se convierte en otro personaje adicional.

Habría que resaltar, además, la actuación de Eugene Hutz en el papel de Alex. Como no he leído la novela, no sé exactamente como Jonathan Safran describió a Alex, pero después de haber visto la versión fílmica, nadie más va a poder sustituir la imagen mental de ese Alex. Eugene Hutz logra evocar múltiples emociones en nosotros: gracia con sus comentarios chisposos y (aparentemente) arbitrarios, molestia ante sus prejuicios obvios, lástima por sus sueños no realizados, admiración por su sentido de responsabilidad y solidaridad ante sus dolores personales. Es una actuación tan completa que el personaje nos agarra desde los primeros cinco minutos del filme. Además, Alex presenta la contraparte perfecta a Jonathan (el personaje); en esencia, se complementan.

Finalmente, creo que es importante destacar la labor cinematográfica y auditiva de la película. Las imágenes y la banda sonora de Everything is Illuminated son, en gran parte, las responsables de traspasarnos las emociones de la historia. La película hace gala de su nombre en ambas áreas: la luz nos revela los paisajes más hermosos de esa tierra lejana y la música ilumina (de forma sonora) los silencios oscuros de los personajes.

En fin, Everything is Illuminated es un filme sensible y divertido que enfrenta a sus personajes con sus propias emociones.

Cortos


* Parte del propósito de este blog es compartir los lugares en donde se pueden conseguir las películas. Si usted sabe de un sitio en específico, por favor añádalo en la sección de comentarios. ¡¡Gracias!!

6 de agosto de 2008

Nombran a conserje como alcalde de San Pedro de los Saguaros

Título: La ley de Herodes (1999)
País: México
Idioma: español
Género: comedia negra
Ocasión: Cuando buscas un filme irreverente
Dónde se consigue*: Blockbuster, Netflix, Amazon Marketplace

Resumen

El partido de gobierno en México escoge a un conserje para asumir el cargo de alcalde de un pueblito en el medio de la nada que es famoso por la corrupción de sus políticos y ciudadanos que toman la ley en sus propias manos.

Reseña

El género de “comedia negra” es uno muy difícil de producir. En muchos casos, la comedia es tan sutil que sólo vemos la parte dramática de estos filmes y nos preguntamos ¿y dónde se quedó la risa? Este puede ser el caso de La ley de Herodes dependiendo de cual sea su estilo de humor. No obstante, la película vale la pena tanto en su encarnación humorística cómo en el drama.

La ley de Herodes es un filme que presenta dos críticas a la vez. En primera instancia vemos la crítica de la avaricia. Este es, efectivamente, el tema principal de la película. Se nos muestra cómo el dinero y el poder transforman a un ser humano. Aunque esto es un tema muy trillado, se logra muy bien en el filme quizás por el uso acertado de la hipérbole. Cuando pensamos que la avaricia del personaje no puede llegar más allá, Varguitas (el personaje) nos sorprende.

Por otra parte, hay una crítica politico-partidista muy fuerte también. Los guionistas decidieron situar el filme en una época en que el PRI de México estaba en su máximo apogeo. Esto les permitió trazar líneas directas de corrupción a la institución partidista. Claro, aunque el personaje de Vargas es inventado, está inspirado por casos reales que se dieron a lo largo de las décadas de gobierno del PRI. Los guionistas van más allá y mezclan personajes ficticios con personajes reales como Miguel Alemán, presidente de México del 46 al 52. Claro, esta decisión de atacar al PRI casi directamente tuvo ciertas repercusiones en cuanto al estreno y la distribución de la película. Para más información sobre ese caso, oprima aquí.

Finalmente, habría que hablar sobre la ambientación de La ley de Herodes. Situada en el pueblo ficticio de San Pedro de los Saguaros, el filme utiliza una estética muy parecida a la de los westerns. Predominan los colores tierra, inclusive en la misma textura de la cámara. Se complementa esta escenografía con música típica del México de los 40’s en varias escenas. El director logró crear la ambientación perfecta para esta localidad que se suponía estaba en el medio de la nada, en medio del desierto mexicano. Igualmente, el largometraje cuenta con una buena cinematografía que le saca provecho tanto a los escenarios del pueblo como a los paisajes que le rodean.

En fin, La ley de Herodes es un buen estudio de cómo las circunstancias pueden sacarle lo peor a un ser humano. De igual forma, es una película valiente que de forma mordaz nos presenta el cinismo de la corrupción política. Aunque está situada en otra época, es una película muy relevante para nuestro mundo contemporáneo.

Película

Aparentemente alguien la puso en YouTube.

2 de agosto de 2008

Historia verdadera de ciclista que invento bicicleta nueva

Título: The Flying Scotsman (2006)
Países: Alemania / Inglaterra
Idioma: inglés (subtítulos en español, francés y closed captioning en inglés)
Género: drama
Ocasión: Cuando quieres ver una historia que verdaderamente inspira
Dónde se consigue*: Netflix, Amazon Marketplace, Five Star Video en Cabo Rojo

Resumen

La historia verídica de la carrera deportiva del ciclista Graeme Obree.

Reseña

The Flying Scotsman no es una historia de triunfo cualquiera. Mientras otras películas deportivas se enfocan en el entrenamiento del/a atleta, The Flying Scotsman se enfoca en las tribulaciones de Graeme Obree una vez ha llegado a la cima. Obree, muy bien interpretado por Jonny Lee Miller, es un hombre que adviene al ciclismo como una forma de escapar de sus enemigos reales e imaginarios. Claro queda, entonces, que estos “demonios” le persiguen (metafórica y literalmente) una vez ha conquistado los escalafones más altos de su deporte.

Sin embargo, la historia de Obree es mucho más que un hombre batallando con depresión. Es la historia de un ser humano que tiene que lidiar con obstáculos en frentes múltiples. En The Flying Scotsman vemos, por una parte, el conflicto clásico entre las industrias y los individuos. Obree, que además de ser un gran ciclista entiende a perfección las leyes de la física que gobiernan su deporte, desarrolla su propia bicicleta y esto no les sienta bien a los representantes de los grandes intereses económicos. Se ve amenazado el monopolio que tienen estos sobre la compra/venta de los equipos de ciclismo y, como ha de esperarse, los grandes intereses contra-atacan. Por otra parte vemos sus depresiones repentinas que, a pesar de sus grandes triunfos, lo atacan sin misericordia. Y, finalmente, vemos cómo el mismo mundo del ciclismo le propina cantazos una y otra vez. Durante todo esto, Obree cae en varias ocasiones, pero nunca se da por vencido definitivamente.

He leído varios reviews de personas que conocen la historia de Graeme porque son fanáticos/as del ciclismo y parecen concordar en que la película es muy fiel a su autobiografía. Saber que hay personas que tienen la fortaleza mental para continuar hacia delante aún cuando esa misma mente los traiciona es algo que exige nuestra admiración. La obstinación y terquedad que demuestra Obree para negarle la victoria a sus enemigos es lo que hace que nos gocemos sus victorias y sintamos sus derrotas. Es una película digna de los libros de auto-ayuda que, afortunadamente, no sufre de los tonos sacarinos e infantiles que a veces tienen éstos.

Finalmente, me parece que los escritores hicieron un gran trabajo al escoger los momentos pertinentes para narrar la historia. No vemos TODA la carrera deportiva de Obree y esto, en parte, se debe a que se le da un espacio importante a la batalla mental y emocional que tiene el ciclista consigo mismo. Se construye, entonces, un buen balance entre la emoción y pasión del deporte (que no falta) y el desarrollo del personaje. Quizás el mejor logro de todos es conseguir este balance en una película de 96 minutos.

En fin, The Flying Scotsman es un filme que inspira, entretiene y nos llena de emociones contradictorias. En algunos momentos queremos gritar ante las injusticias y en otros sonreímos complacidos y llenos de esperanza.

Cortos

Oprima aquí.

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