5 de marzo de 2008

Los refritos de Hollywood


Como decíamos en el primer artículo de este blog, Hollywood ha entrado en una fase de agonía porque poco a poco se les van acabando los temas a los guionistas. Hemos sido testigos de que para subsistir, han tenido que recurrir a prácticas tales como plagiar esquemas, tramas, pedazos de tramas, arquetipos. Es curioso, pero esto no es una práctica demasiado nueva en el ámbito cinematográfico de Hollywood. Lo que podría parecer ahora como una contradicción a lo que afirmamos. Lo que realmente sucede es que los estadounidenses siempre han recurrido a la fórmula, en lo que sea, para lograr triunfar. Así, han creado fórmulas para cuanta cosa se les ha ocurrido, desde el automejoramiento hasta la escritura creativa. Sólo hay que mirar en los estantes de las librerías para darnos cuenta de que en ellos vemos cientos de libros que ofrecen fórmulas para el éxito.

Supongo que Hollywood no es la excepción. Sus guionistas han encontrado la forma de nunca dejar de tener “inspiración.” Y es quizás eso lo que ha hecho que su creatividad haya bajado. Porque entonces las tramas se convierten en clichés que uno puede adivinar a medida que va mirando las películas. Es muy fácil detectar algunos de ellos. En una película de acción estadounidense, o en un thriller (suspenso), el 99 % de las veces la trama te guía a un encuentro del protagonista y el antagonista en un laberinto. Este puede tomar la forma de un basurero, una escuela, un edificio abandonado, un baño público, etc. También en estos últimos años se ha producido el cliché de que los antagonistas no mueren la primera vez, y cuando estás más tranquilo, se aparece nuevamente, aunque le hayan pegado siete tiros o le hayan cortado la cabeza. Muchos de estos “monstruos” son creaciones post-primera película, como el caso de Jason Vorhees, de Viernes trece, quien aparece en todas las películas de esa serie, cuando en primera instancia nunca existió porque estaba ya muerto en la primera producción. Quien asesinaba en aquel filme era su madre.

Con esto en mente, es fácil detectar qué han hecho los guionistas y los productores para seguir sacando películas sin detenerse y acaparar todos los mercados del mundo. Desde hace mucho, Hollywood plagia tramas, usa patrones y arquetipos, hacen las mismas películas con diferentes títulos, y rehacen películas tanto domésticas como internacionales.

El primer caso se da con las películas del realizador japonés Akira Kurosawa. Tres de sus filmes son los que más se han plagiado en Estados Unidos. El primero, y el que ha tenido más éxito es Siete samurais (1954). Los norteamericanos la filmaron como un “western”, ya que siempre se ha dicho que Kurosawa es el más occidental de los orientales. El título de esta producción es Los siete magníficos (1960, John Sturges). Cuenta con un impresionante reparto: Yul Brynner, James Coburn, Charles Bronson, Steve McQueen, Eli Wallach, Robert Vaughn. El de Kurosawa tiene como estrellas a Toshiro Mifune, uno de los mejores actores de Japón y a Takashi Shimura. Resulta necesario decir que el filme japonés se coloca en un estadio superior por la reflexión seria que se hace sobre el samurai y el arte de la guerra.

La segunda película más copiada de Kurosawa es Yojimbo (1961), sobre Watanabe Sanjuro, un samurai que resulta ser un “trickster,” es decir, una especie de pícaro que se vende al mejor postor para destruir unas bandas de maleantes en un pueblito japonés en el siglo XIX. Hollywood la realizó con el título de Last Man Standing (1996), con Bruce Willis y Christopher Walken, y la localizó en un pueblito de la frontera entre México y Texas, con mafiosos de los años 30 ó 20. Más tarde, algún guionista (Tom O’Rourke), utilizó parte de la trama de Yojimbo para componer Inferno (1999, John Avildsen), más tarde rebautizada como Desert Heat, protagonizada por Jean Claude Van Damme. Ninguna de las dos versiones norteamericanas se compara a la original. Yojimbo, al igual que Seven Samurai son obras de arte de la cinematografía en términos de composición, fotografía, trama. Las hollywoodenses se destacan mucho más por la violencia. Y aunque la original es una película violenta, no es macabra ni exageradamente sangrienta como sus contrapartes occidentales.

Otra película de Kurosawa que también ha sido llevada al cine por los norteamericanos es Rashomon (1950). Esta es la historia de múltiples versiones de un asesinato y una violación de acuerdo a como la vieron sus participantes y alguien que fue testigo escondido detrás de un arbusto. De hecho, la historia original, de Ryunosuke Akutagawa, se titula así mismo, “Detrás del arbusto.” En Estados Unidos se filmó como The Outrage (1964, Martin Ritt), con Paul Newman y William Shatner, entre otros. La de Kurosawa fue protagonizada por Toshiro Mifune como el bandido y Takashi Shimura como el leñador testigo del crimen. Brian de Palma filmó asimismo un plagio de esta película, titulado Snake Eyes (1998), aunque este director se cuidó mucho de sólo utilizar el tema del perspectivismo.

Otra categoría que han utilizado los guionistas estadounidenses para engordar sus tramas es la de emplear arquetipos y patrones de otras película. Y aunque se da en muchas, sólo recurriré a dos. La primera la constituye El rey León (1994, Roger Allers, Rob Minkoff). Esta película tan popular, ganadora de dos Oscares y múltiples premios más no es más que un refrito animado con animales, de Hamlet, de Shakespeare. Es la historia de la venganza de un hijo heredero al trono, a quien destierra su tío, asesino de su padre. Los guionistas no se cuidan de usar hasta al padre león ya muerto (como la sombra que aparece en la obra), quien le dice al leoncito la identidad del asesino.

Más tarde, en 1996, Rob Cohen dirige Daylight, con Sylvester Stallone. En esta película, que nada tiene que ver con un barco hundido, el guionista emplea el patrón de The Poseidon Adventure (1972, Ronald Neame), para la parte en que el personaje de Stallone rescata a personas que han quedado atrapadas después de una explosión de un camión con desperdicios tóxicos.

Otra estrategia de los productores y guionistas se da cuando se hace la misma película, pero aparentemente diferente. Este es el caso de Rocky (1976) y Rocky Balboa (2006). Si uno se fija bien en la trama, es exactamente lo mismo que pasó en la primera, pero disfrazado. En Rocky, un boxeador callejero tiene la suerte de que lo escojan como contendiente para una pelea de campeonato mundial con Apollo Creed, el súper campeón. Stallone es un maestro a la hora de robar pedazos de tramas, personajes y hasta peleas. Apollo Creed es una versión bastante estereotipada de Muhammed Ali, y Rocky otra de Rocky Marciano, el pelador italo-americano (como Rocky) que se distinguió por noquear a 50 contendientes en línea. La pelea entre Creed y Balboa es un refrito de peleas de Esteban de Jesús, el peleador puertorriqueño de los 70, con Mano de Piedra Durán, de quien Stallone es muy amigo. El puño que Rocky le propina a Apollo Creed y que lo tumba es el mismo puño que le dio de Jesús a Durán en la primera pelea que éstos escenificaron. En la segunda película, treinta años después, Balboa, un campeón retirado, que se dedica a contar historias de boxeo en su propio restarurante, recibe la magnífica oferta de una pelea contra el campeón actual, un hombre treinta años menor que él. Claro, que ahora es una exhibición, porque a nadie se le ocurriría hacer esto como una pelea de campeonato. De alguna manera es lo mismo que pasó en Rocky 5, cuando Rocky se enfrenta al campeón más joven en una pelea callejera, y por supuesto, le gana.

Hacer exactamente la misma película se dio también con el caso de King Kong. De esta película se han hecho tres versiones. Una en 1933, blanco y negro y después coloreada; 1976 y 2005. Sólo la segunda cambia el ambiente, pues se hace en un Nueva York de esa época. Las otras dos se mueven en los 30.

De películas internacionales, se han hecho varias también. Tenemos Les Diaboliques (1955, Francia), con Simon Signorette. Se hizo como Diabolique en 1996, con Sharon Stone, Isabelle Adjani y Chaz Palmintieri. Es la historia de la esposa y la amante de un director de una escuela de internos que lo matan y luego el cadáver desaparece. Otra película francesa rehecha en EEUU es Cousin, cousine (1975). Se le tituló Cousins (1989), con Ted Danson e Isabella Rossellini: dos primos lejanos se conocen en una boda, y aunque ambos están casados, desarrollan una amistad que a sus respectivas parejas les parece que es otra cosa.

John Carpenter cometió el delito de hacer estos refritos también, aunque con mejor suerte. Carpenter resucitó la película The Thing from Outer Space (1951) y la convirtió en The Thing (1982), con Kurt Russell. Y le sucedió que le hicieron a él un refrito también. En el 2005, Jean Francois Richet dirigió Asalto al precinto 13, una película que se basa en el filme del mismo título de Carpenter. Hay que decir que la de Carpenter es muy superior en suspenso y cinematografía.

Finalmente, hay que decir que algunas series que se basan en arquetipos han resultado maravillosas. Son los casos de Scream (de Wes Craven, 1996), Aliens (que podría decirse que utiliza el arquetipo de The Thing), y Star Wars (de George Lucas), que se basan en las antiguas novelas de caballería.

Creo que hay que decir que si Hollywood sigue en esta práctica, lo mejor será mirar para otros países. Los Latinoamericanos han desarrollado un cine de gran calidad, así como los europeos y los asiáticos. Las películas chinas, japonesas y coreanas descuellan por su originalidad en los temas y en su tratamiento. Poco a poco iremos reseñando este tipo de filmes, algunos de los cuales ya están en este blog, para salir un poco de la monotonía de descubrir que ya sabemos lo que pasa, no porque seamos demasiado inteligentes, sino porque ya lo hemos visto 350, 000 y pico de veces.

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1 comentario:

Mariena dijo...

Feliciano, que buena ... buensisisisima le quedo esta entrada. A veces uno ignorante cree que va al cine a ver algo super nuevo y resulta ser solo un refrito ... por lo general de muy mala calidad de hace cuchucientos-mil an~os atras. Yo le doy gracias a Dios de que RJ me llevo a que poco a poco me gustara el cine asiatico ... en especial los suspensos coreanos y japoneses, son buenisimos y la trama y las cosas se explican mejor que en los refritos gringos (vease, The Ring y The Grudge ... solo por poner 2 ejemplos). Que bueno que tienen este blog, para asi uno mantenerse al dia de producciones originales y de alta calidad, y no de algo a lo que Hollywood y los gringos nos han condicionado. No conocemos el valor superior del cine en otros paises porque no nos hemos quitado las gringolas que nos han impuesto (y nos hemos dejado imponer). Saludos!!